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En la cultura de seguridad digital es normal que se use constantemente los términos software libre o código abierto. En general esto responde a una cultura de independencia en la toma de decisiones respecto del software que eligen para proteger sus comunicaciones.

Del otro lado, es normal que algunos usuarios constantemente se cuestionen sobre la validez que tiene, en términos de seguridad, el uso de software que provenga de empresas privadas y que no siempre comparten su código para ser verificado por motivos comerciales.

Si bien no existe una clara postura en la comunidad internacional al respecto, lo común es cuestionar los principios e intenciones de cada usuario al usar determinada herramienta. Mantener la privacidad es cada vez más importante para los usuarios y hacer una reflexión sobre la calidad en las herramientas es también una forma de empoderar a la comunidad.

Algunos puntos que ayudan a reflexionar sobre el tema son:

El software libre y código abierto si bien promueve una cultura de transparencia por parte de la comunidad de desarrolladores en el fondo se requiere de gran habilidad técnica por parte de los usuarios para realizar una auditoría que tenga fundamentos para afirmar o rechazar la calidad digital de la herramienta.

A su vez, el uso del software libre promueve también a una comunidad amplia de personas involucradas en el proyecto, pero en diversas ocasiones deja la responsabilidad del desarrollo a un grupo muy compacto de personas que dedican horas de programación y pruebas a cada proyecto. De ahí que a manera de reconocimiento sea una buena idea cooperar (económicamente) con el proyecto para también mantener la privacidad de los usuarios.

Por último, también vale la pena entender que aunque existen empresas que también desarrollan software para seguridad, esto no siempre es una mala noticia, la posibilidad que tiene una empresa de contar con recursos propios para desarrollar un proyecto también le permite tener una calidad determinada en el soporte de una herramienta, y por consecuencia evitar fallas o inseguridades en el código.

Aquí pueden encontrar algunos ejemplos de herramientas basadas en software abierto y otras tantas en software privado

  • TunnelBear es un cliente privado de redes virtuales (VPN) y sirve para proteger las comunicaciones entre un equipo de cómputo y un portal de Internet o servicio en la red.
  • Ya antes hablamos sobre Jitsi una herramienta de código abierto que permite realizar llamadas grupales y tener conversaciones cifradas.
  • Para aquellas personas que se preocupan por proteger sus archivos en la nube también existen opciones como Tresorit que es un sistema para cifrar y almacenar archivos en una nube privada.
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Aunque estos puntos son solamente algunos aspectos a tomar en cuenta al valorar el uso de una herramienta, una cultura de seguridad depende fuertemente de la validación de los usuarios y de ahí que formen parte activa de la conversación sobre privacidad y seguridad.

Ahora ya sabes qué hacer y cómo protegerte. Además de seguir estos pasos, comparte con tus amigos y familiares la información. La seguridad es una cultura.